CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

sábado, 5 de julio de 2014

EDICIÓN IMPRESA: Grindetti y Montenegro hablaron sobre seguridad

El ministro de Hacienda y referente del PRO en Lanús, Néstor Grindetti, y el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro,  se reunieron con vecinos de Lanús y hablaron de seguridad.

Montenegro afirmó que «para hablar de seguridad primero debemos hacernos cargo del problema y eso, a nivel nacional y provincial no ocurre», se manifestó a favor de la policía comunal pero, «con una ley que le dé el poder real a los intendentes, como está planteado hoy el tema es pan para hoy y hambre para mañana».Grindetti hablo de la importancia de poder escuchar a Montenegro “para que nos explique lo que se está haciendo en la Ciudad para trasladarlo a Lanús”.

EDICIÓN IMPRESA. Russo: investigación por «falso testimonio es por política»


El presidente del bloque de concejales del Frente Renovador de Lanús, Nicolás Russo, calificó como «política» a la decisión del fiscal General de Lomas de Zamora, Enrique Ferrari, de profundizar una investigación en su contra por «falso testimonio» luego de su declaración durante un juicio en el que resultó condenado a perpetua un barra del club Lanús, en noviembre de 2013.

«Se trata de una persecución política a través de una causa en la que sólo declare el día que se produjo el hecho, pero como ganamos las elecciones en Lanús se agarran de eso para perseguirme», dijo el ex dirigente del Club Lanús.

«Mis abogados ya están trabajando en el tema y se va a aclarar como corresponde, esto no es más que la manera de hacer política a la que nos tienen acostumbrado, porque los que no te pueden ganar en las urnas te quieren ganar en la justicia», concluyó.

EDICIÓN IMPRESA: Para un economista independiente, «los "fondos buitre" son extorsivos, pero su reclamo es legal»

Del Corro: "El default sería la solución menos dolorosa"
Por Néstor Sierra Fernández
Los «Fondos buitre», aquellos norteamericanos que compraron bonos argentinos a bajo precio, y reclaman cobrarle a la Argentina el 100 por ciento, tienen en vilo al país, y muchos comunicadores lo presentan como si fuera el Apocalipsis, sobre todo después de la decisión del juez neoyorkino Thomas Griessa de obligar a la Argentina a pagarles.

¿Es la situación realmente apocalíptica? ¿Qué nos pasaría si Argentina no le paga a esos «fondos buitre»? Y si lo hace, ¿está la Argentina obligada a pagarle el 100% a quienes entraron al canje?

Para clarificarnos el tema, PUNTO SUR entrevistó a Fernando del Corro, economista y profesor de Economía de la Universidad de Buenos Aires.

«Entre el 2005 y 2010 el 93 por ciento de quienes tenían bonos emitidos por el Estado argentino entraron al canje de bonos con una quita, en dos etapas», nos explica Del Corro sobre los inicios del complicado tema.

Pregunta: -Por cada bono valuado en 100 dólares, ¿cuánto está pagándoles Argentina a los bonistas que entraron al canje?
Respuesta: -El 30 por ciento.

P: -¿El otro 7 por ciento restante de bonistas son estos fondos buitre, que no entraron al canje?
R: -No, se dividen aproximadamente así: un 10 por ciento de los que no entraron son quienes ahora están haciendo el reclamo; y además hay otros que hicieron otros tipos de cuestionamiento pero reclaman no a través de la justicia de Nueva York, pero sí a nivel internacional. Por ejemplo, hay bonistas italianos, japoneses, quienes fueron verdaderamente estafados; incluso la justicia italiana ha hecho pronunciamientos en la materia.

P. -¿Estafados por quiénes, por los buitres?
R. -No, por los bancos que hicieron las operaciones. Eso lo dice la justicia italiana, no yo, que adhiero a eso. La justicia italiana le dijo a la gente: «compren estos bonos que se van a llenar de plata», y metieron en el baile a un montón de tipos que habían ahorrado toda su vida. En cambio, los bancos sí hicieron negocio porque se quedaron con las comisiones por vender esos bonos.

P -¿Y hubo bancos norteamericanos que hicieron ese negocio?
R: -Todos hicieron negocios, hubo bancos de todo pelaje.

P.- ¿Y por qué Néstor Kirchner emitió esos bonos con la aclaración que cualquier conflicto se iba a dirimir en los tribunales de Nueva York?
R.: -Esto viene de lejos; lo que hizo Kirchner fue convalidar la situación que ya venía. La jurisdicción de la justicia de Nueva York para la deuda argentina se originó en 1975, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, con Antonio Cafiero como ministro de Economía. Fue el primero que aceptó la jurisdicción extranjera para una renegociación de la deuda de Aerolíneas Argentinas. Luego se agravó cuando en 1989 comienza la renegociación de los bonos Brady, que culmina Menem, y ahí se fija esta cláusula y además se agrega que esto era un arreglo a perpetuidad, o sea que la Argentina no podía elegir otra jurisdicción. Fue en una renegociación de la deuda externa propuesta por quien era en ese momento secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Nicholas Brady. En ese momento, no era Argentina el único país con problemas por su cuantiosa deuda externa sino también otros como Brasil y México, también Nigeria en África. Entonces el gobierno de EE.UU. hizo esta especie de salvataje a los bancos, en relidad era salvataje a los países para salvar a los bancos. Además, en un momento en que el sistema financiero tenía plata a lo pavote.

P. -¿Esto en qué época fue?
R.- Estados Unidos lo empezó a negociar en 1989 y se firmó en el 90, y lo hicieron de manera simultánea Argentina y los otros países.

P: -¿Y esta situación cómo se emparenta con los bonos cuyo pago reclaman los fondos buitre?
R: -Los bonos de los que aceptaron el canje (de bonos viejos por los nuevos con una quita del 70 por ciento) no son especiales, sino los que emitió Kirchner en el 2005, y el resto son los bonos que se habían emitido antes, sobre todo en el megacanje que hizo (el exministro de Economía (Domingo) Cavallo en el 2001, durante el gobierno de (Fernando)  De La Rúa, cuando aumentaron la deuda alrededor de 70 mil millones, metiendo en el paquete a todo lo que había por ahí, que venía de distintas negociaciones, en general truchas, en muchos casos.
Esos bonos empezaron a deambular por el mundo, se fueron depreciando y entonces los fondos buitre empezaron a hacer su negocio, comprando bonos que pasaron a valer muy poco, 10 o 12 dólares, e intentando cobrar el 100 por ciento.

P: -¿Se los compraron a esos bonistas italianos, por ejemplo?
R: -Se lo compraron a todos los tipos que habían perdido la plata que habían invertido y querían cobrar aunque sea algo.
Los otros también, porque los que aceptaron canjearlos por otros bonos al 30 por ciento, tampoco lo hicieron porque perdían plata, sino porque también compraban los bonos gente que no sabía cómo salirse de ese asunto. Y ahí, me parece que fue un grave error del gobierno no haber hecho eso, comprar  también los bonos a bajo precio. Emito por 100 y lo compro a 12.

P. -¿Que los comprara a menos precio el mismo gobierno que los había emitido hubiese sido legal?
R. -Totalmente; el Gobierno se buscaba un banco que le hubiera salido de testaferro, porque si lo salía a comprar el mismo Gobierno, ese valor de 12, al aumentar la demanda, se iba hacia arriba otra vez.

P.- Y para usted, este reclamo de los fondos buitre, ¿es legal?
R: -Son extorsivos, son unos hijos de puta, todo lo que se quiera, pero es legal. Por eso, yo creo que hubiera sido mejor para la Argentina entrar lisa y llanamente en default (cesación de pagos).  No es bueno, pero habría que elegir las alternativas menos dolorosas.

P. -Si Argentina no le pagara a los fondos buitre, ¿en qué nos afectaría en la economía en nuestra vida diaria?
R: -Desde 1902, cuando Alemania e Italia invadieron Venezuela para cobrar una deuda, quedó sentado el principio de la «Doctrina Drago» (ministro de Julio A. Roca), por el cual las deudas no se pueden cobrar de prepo, de manera que no nos van a invadir. Pero tendremos problemas de otro tipo.

P. ¿Las empresas argentinas podrían tener problemas para tomar crédito en el exterior?
R: -No, porque la pequeña empresa no toma créditos en el exterior. Las Pymes toman créditos en los bancos locales, que hoy cobran tasas altísimas.